Manuel Arenilla Sáez
Viejos conocidos en los ODS en el CLAD de Argentina
Actualizado: 5 ene 2020
Seguimos con las noticias sobre los ODS que nos trajo el último congreso del CLAD celebrado en Argentina el pasado noviembre. Uno de los paneles trató sobre los aprendizajes de política para la implementación efectiva de la Agenda2030 en Iberoamérica a partir de casos concretos de República Dominicana, Bolivia y España. Este fue el panel más académico desde el punto de vista teórico al partir de conceptos conocidos para la ciencia política.
Se plantearon las dificultades de la conexión y la armonización de la multiplicidad de actores implicados en la implementación de los ODS. Se trata de un viejo problema de los enfoques del análisis de políticas y de redes y que con la Agenda 2030 vuelve en forma de gran desafío que condiciona su viabilidad. La aportación que se ofreció para poder enfocar esta cuestión de una manera adecuada es la necesidad de construir marcos estratégicos coherentes y sólidos previos a planear la creación de la red de actores. A esto añado que también es preciso predefinir los roles de los distintos actores, muy especialmente de las instituciones públicas implicadas, en concreto de la que asuma la responsabilidad de llevar a cabo las propuestas alcanzadas.
En la sala se produjo un debate que aflora en los ODS pero que es otro viejo conocido: el salto en la macro-implementación de los ODS por los gobiernos a la micro-implementación y la necesidad de detectar previamente los riesgos de quiebra en ese paso. Dicho de otro modo: la gran dificultad que tienen una gran parte de los enfoques sobre la actuación pública para pasar de la formulación de las políticas a su implementación-ejecución, esto es, la cuestión de la conformación y funcionamiento de la «maldita» caja negra de la Administración y cómo condiciona todo el proceso de la actuación pública; aunque algunos miren para otro lado en esta cuestión.
El panel se adentró en la necesidad de aplicar una orientación de gestión de riesgos en los ODS, especialmente en la fase decisional, a lo que un asistente apostilló que no se consideran los riesgos porque se cree en la virtud de los objetivos. Esto, claro es, no solo es aplicable a la Agenda 2030…
Otro aprendizaje proviene de las políticas fiscales, tan poco tratadas en los estudios generales sobre la Administración pública. Partió de la siguiente pregunta: ¿están los gobiernos aprovechando al máximo la política fiscal para luchar contra la pobreza? Y concluyó abogando por la importancia de alcanzar un pacto fiscal para hacer frente a las necesidades sociales; y no parece que se pueda aplicar solo al caso de estudio dominicano que se presentaba.
La Agenda 2030 mueve a la creación de alianzas, a lo que dedica el ODS 17. Las aportaciones de las relaciones intergubernamentales o de la gestión multinivel de las últimas décadas encuentran ahora la oportunidad de probar su solidez en la articulación efectiva de talento y recursos de actores públicos, empresas, organizaciones sociales y ciudadanos individuales. En el caso del panel que se trata, estudiando el caso español, se proyectó esta cuestión en la inclusión efectiva de las personas con discapacidad. Se concluyó que es preciso crear alianzas entre actores públicos y privados y una mayor coordinación multinivel.
La última ponencia se refirió a la implementación de los ODS en el ámbito local, en este caso en La Paz, Bolivia. La cuestión de la denominada localización de los ODS, como veremos en los siguientes posts, se trató en más de una ponencia y, en todo el mundo, presenta un claro déficit. Las conclusiones se refirieron a que la Agenda 2030 permite un cambio de visión en la implantación de planes estratégicos de las Administración municipal priorizando las políticas públicas en el largo plazo y dando respuesta rápida ante los cambios de la ciudadanía; y a que las ciudades son las responsables de impulsar los ODS. La disponibilidad de nuevos recursos para lograrlo es un factor crítico; otro viejo conocido…